Lograr un fruto perfecto para extraer de él solo la máxima calidad en aceites es el principio que rige el cultivo de nuestras olivas. Arbequina y Arróniz son las dos variedades de aceitunas que cultivamos en Hacienda Queiles.
Con un sistema de plantación en un marco de 7 por 5 metros, permite a los árboles tener el espacio suficiente para su adecuada insolación y ventilación. Una cubierta vegetal entre olivares sirve como sustrato para enriquecer el terreno y, por ende, a los árboles. La poda que realizamos busca la mayor insolación del fruto, y la recolección sólo en el momento del envero nos permite obtener aceites frescos y fragantes.
La cosecha la realizamos entre finales del mes de octubre y la primera quincena de noviembre siempre buscando el momento óptimo de maduración del fruto. Para conseguir la más alta calidad en el aceite, el plazo máximo entre la recogida del fruto y su molturación es de 3 horas.
Con cuidados artesanales pero empleando la última y más moderna tecnología, elaboramos nuestros AOVEs. Son dos requisitos indispensables para conseguir un producto excelente en el que los parámetros de calidad priman sobre cualquier otro tipo de aspecto.
Galardonada con el premio a Mejor Almazara de España en 2008, La almazara de Hacienda Queiles es prácticamente única en su género en España. Un concepto arquitectónico innovador acerca el edificio más al de una bodega de vino que al de la tradicional almazara.
Una vez recolectadas, las aceitunas se llevan directamente a la almazara en pequeñas cajas, con un peso mínimo, que impiden que se deteriore el fruto. Su proceso de producción comienza de forma inmediata y por ello, la almazara de Hacienda Queiles, no cuenta con tolvas de almacenamiento del fruto.
Le invitamos a descubrir nuestros aceites, conocer su historia y filosofía a través de una visita guiada.
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